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No seas tu propio yunque

  • Foto del escritor: Lucia L
    Lucia L
  • 29 jul 2024
  • 2 Min. de lectura

Hace ya un tiempo, un profesor de la facultad - de esos estilo “Merlí” – me regaló una fotocopia con un cuento que nada tenía que ver con la materia pero mucho que ver con la vida. Conservo esa fotocopia hace años y recurro a ella cada vez que necesito el empujón de ese “vos podés” que muchas veces no llega del afuera.


El cuento es “El elefante encadenado”, de Jorge Bucay. Los invito a todos a que lo lean con los ojos y la mente bien abiertos. En resumidas cuentas trata de un niño al que le gusta ir al circo y se detiene especialmente a observar al elefante. El elefante es corpulento, robusto, imponente – o al menos así lo ve el niño – y sin embargo solo una cadena en su pata amarrada a una pequeña estaca es suficiente para que no escape de una vida de cautiverio. El niño, en su hermosa inocencia pero con la suspicacia de quien sabe observar, le pregunta a un anciano por qué no escapa el elefante si solo está atado a una estaca que puede quebrar con facilidad. El elefante no escapa simplemente porque se autoconvenció de que no puede. No es consciente de sus dimensiones, de su inmensa fortaleza ni de sus capacidades.


Este cuento busca concientizar sobre las creencias limitantes y los pasos que muchas veces no nos animamos a dar porque incluso aunque el resto del mundo nos diga que somos gigantes, nos convencemos de que una ramita y un hilo de costura nos puede detener. Nos convencemos de que no podemos. ¿Qué tiene que ver todo esto con tu separación? Que seguramente muchos de ustedes hoy en día sientan que no pueden, que el dolor no va a pasar, que no tienen la fortaleza para atravesar esta tormenta. En el próximo episodio del Podcast vamos a hablar de por qué en ocasiones se siente de ese modo, pero hoy quiero decirte que no tengo ninguna duda de que podés. Podés seguir adelante, podés superar el dolor, podés hacer de este momento una experiencia de crecimiento y desarrollo, podés atravesar el camino para descubrir tu mejor versión. Convencete de que podes y vas a poder. Sos un león o una leona – no nombro al elefante para no herir suceptibilidades -  con una fortaleza enorme, amarrado con una cuerda débil a una estaca que podes romper al dar un paso, o dos, o tres… o los pasos que hagan falta porque este camino no es lineal. Te vas a levantar de cada tropiezo porque aunque pueda haberse terminado una historia, este no es el final de TU historia. Arriba amigo, amiga. A dar el primer paso. No seas tu propio yunque.


Te mando un abrazo enorme. Buena semana.


 
 
 

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